Desde el Alma: Un viaje de Sanación y Reconexión
Después de liberar, limpiar, reconectar, activar y transformar, llega una etapa igual de importante: integrar.
La integración es el momento en el que todo lo trabajado durante la sesión se asienta profundamente en ti, y tu sistema energético, emocional, físico y espiritual comienza a reorganizarse desde un nuevo nivel de conciencia.
En esta última fase de la sesión, se sellan los movimientos realizados, se estabiliza la nueva vibración y se ancla toda la información que tu alma ha recibido. Esto es clave para que la transformación no se quede solo en un plano sutil, sino que se manifieste de forma concreta en tu vida cotidiana: en tus pensamientos, en tus relaciones, en tus decisiones y en tu manera de estar presente en el mundo.
También trabajamos para que tu energía regrese completamente a ti.
Muchas personas viven fragmentadas, con partes de su energía repartidas en experiencias pasadas, en relaciones que no han cerrado, en lugares que cargan emocionalmente o en momentos de mucho dolor.
En esta etapa, esas partes comienzan a regresar. Se reúnen. Se reintegran. Y tú sientes que vuelves a casa dentro de ti.
Este módulo permite que la nueva versión de ti mismo más liviana, más consciente, más alineada con tu verdad se asiente con solidez.
Es común que después de esta parte de la terapia experimentes mayor serenidad, mayor coherencia, e incluso una nueva visión sobre lo que deseas para ti, como si pudieras mirarte y mirar la vida con ojos nuevos.
También se ancla la conexión con tu verdadera esencia. Esa parte de ti que no se rompió ni se perdió, incluso cuando viviste dolor, miedo o desconexión. Esa parte sabia, amorosa y luminosa que es tu alma en su expresión más pura.
Desde ahí, puedes comenzar a vivir de otra manera: no desde la supervivencia, sino desde la plenitud.
No desde la culpa, sino desde el permiso.
No desde el rol aprendido, sino desde tu identidad auténtica.
Esta etapa final cierra el proceso de la sesión con profundidad, amor y cuidado.
Te deja preparado para transitar el presente y construir el futuro desde una vibración más elevada, más alineada con tu propósito y más conectada con la paz interior.
Cada sesión es única, como tú. Y esta integración marca el momento en que comienzas a vivir desde tu nueva frecuencia.
Y si sientes que ha llegado el momento de vivir todo esto, estoy aquí para acompañarte.
Gracias por permitirme acercarte a lo que esta sesión puede ofrecerte.
Quiero que sepas que las sesiones pueden realizarse tanto de forma presencial como a distancia.
No es necesario que estés en la misma ciudad o incluso que estés presente en el momento exacto de la sesión.
Siempre se realiza con tu autorización previa, porque nada se mueve si tu alma no lo permite.
Puedes estar tranquilo/a: tu alma sabe exactamente qué necesita trabajar y lo mostrará con claridad.
Además, no necesitas explicarme para qué deseas hacer la sesión ni contarme tu historia.
La información llega desde tu campo álmico y energético.
Tu alma va a mostrar con precisión dónde estás teniendo mayores dificultades en tu proceso evolutivo y emocional, qué aprendizajes estás atravesando y qué necesita ser liberado o reequilibrado.
Venimos a experimentar la vida a través de las emociones.
Pero cuando esas emociones no se gestionan adecuadamente porque las reprimimos, las negamos o las cargamos sin comprenderlas se genera un impacto interno que puede afectarte por mucho tiempo.
Ahí es donde se enfocan muchas sesiones: en liberar lo que ha quedado atrapado y en devolverte el acceso a tu energía vital, tu claridad y tu paz interior.
Ahora, el siguiente paso lo das tú.
¿Lo damos juntos?
Busca un lugar cómodo.
Cierra los ojos.
Coloca tu mano derecha sobre tu corazón.
Haz tres respiraciones profundas, suaves, conscientes.
Y ahora imagina que todo el trabajo que has realizado —todo lo que has soltado, todo lo que has despertado, todo lo que has liberado— comienza a asentarse en ti.
Cada respiración ancla esta nueva vibración en tus células, en tu energía, en tu conciencia.
Visualiza cómo una luz dorada desciende desde el cielo, entra por tu coronilla y se extiende por todo tu cuerpo, envolviéndote con amor, sellando tu campo energético, anclando tu transformación.
Siente tu corazón expandirse.
Siente tu ser respirando más liviano, más libre.
Y repite internamente:
“Yo Soy. Yo Soy. Yo Soy.”
Permite que estas palabras vibren en ti como un mantra de reconocimiento, de presencia, de amor propio.
Cuando estés listo, lleva tus manos juntas al corazón en gesto de gratitud:
gracias a ti, a tu alma, a tu proceso.
Y cuando abras los ojos… que sea con una mirada nueva.
Una mirada que te vea como lo que realmente eres:
un ser inmenso, luminoso y soberano.
En esta práctica te acompaño a reconocer y abrazar todas las partes de ti: tu luz, tu sombra, tus logros, tus desafíos… Porque solo cuando nos permitimos ser completas, podemos vivir en paz, coherencia y plenitud.