Uno de los niveles más profundos y expansivos de la Sanación Álmica tiene que ver con tu estructura energética esencial: tu ADN cuántico.

Más allá de tu ADN biológico que ya conoces como el portador de la información genética existe una dimensión energética de tu ADN que contiene memorias, dones, capacidades latentes, información álmica y potenciales que no siempre están activos o disponibles en tu vida cotidiana.

En cada sesión, cuando el alma lo permite, trabajamos en la activación y restauración de las hebras energéticas del ADN, especialmente aquellas que han quedado dormidas o desconectadas debido al trauma, el condicionamiento social, el sufrimiento o las experiencias de vidas pasadas.

Esta activación permite que se restablezca el flujo de información original de tu ser, lo que se traduce en mayor claridad, conexión espiritual, intuición expandida, memoria álmica activa y, muchas veces, en la activación de dones o habilidades que estaban dormidas.

También se puede reparar el daño energético acumulado en tu ADN espiritual:

fragmentaciones causadas por experiencias traumáticas, decisiones desde el miedo, pactos limitantes o desconexión prolongada de tu esencia.

Restaurar tu ADN cuántico es como reparar el código original de tu alma, devolviéndole coherencia, luz y orden. Junto con esto, se trabaja la reconexión cielo-tierra.

Muchas personas viven desconectadas de una o ambas energías: la tierra, que nos enraíza, sostiene, nutre y da seguridad; y el cielo, que nos inspira, guía, expande y conecta con la espiritualidad.

Cuando hay desconexión, solemos sentirnos sin rumbo, sin fuerza, perdidos o excesivamente mentales.

En la sesión restablecemos ese eje, permitiendo que ambas fuerzas se integren dentro de ti: la energía de la tierra entra por tus pies, sube por tus piernas y te fortalece; la energía del cielo desciende por tu coronilla, te alinea con tu propósito y te conecta con lo divino.

Esta reconexión también equilibra tus chakras principales y favorece el alineamiento de tu eje interno, ayudándote a volver a tu centro.

Finalmente, en este módulo también se pueden explorar y reajustar líneas temporales.

Cuando has vivido situaciones muy dolorosas, o has tomado decisiones desde el miedo o el trauma, es posible que tu alma haya quedado anclada en una línea de tiempo densa, donde todo se repite, se traba o se vuelve esfuerzo.

En la sesión, al liberar esas cargas y actualizar la información en tu campo, se puede realizar un cambio de frecuencia que te permite conectarte con una línea de tiempo más amorosa, más fluida y alineada con tu evolución.

Muchas personas sienten tras esta parte del trabajo una sensación de reinicio: como si algo dentro se hubiera encendido de nuevo, como si hubieran recuperado una dirección más clara.

Se sienten más conectadas consigo mismas, más fuertes espiritualmente, más seguras en su camino.

Este nivel de la sesión no se busca: se da cuando tu alma está lista. Y cuando sucede, marca un antes y un después.