Desde el Alma: Un viaje de Sanación y Reconexión
Busca un lugar tranquilo.
Cierra los ojos y haz tres respiraciones profundas.
Piensa ahora en un área de tu vida que sientas bloqueada o dolorosa.
Puede ser una relación, tu trabajo, tu cuerpo, tu propósito de vida.
Ahora, pregúntate sin filtros:
¿Qué emoción guardo allí que nunca me permití sentir plenamente?
No te obligues a responder con la mente.
Deja que tu cuerpo conteste.
¿Aparece un nudo en la garganta?
¿Una opresión en el pecho?
¿Un vacío en el estómago?
Eso que sientes es una emoción atrapada.
Solo obsérvala.
No trates de cambiarla ni de “hacerla desaparecer”.
Ponle un nombre si puedes: tristeza, rabia, culpa, miedo, vergüenza…
Y ahora dile internamente:
“Te veo. Te reconozco. Gracias por lo que viniste a enseñarme.”
Esa simple conciencia ya empieza a liberar espacio dentro de ti.