Desde el Alma: Un viaje de Sanación y Reconexión
Ponte de pie.
Cierra los ojos suavemente.
Respira profundo.
Imagina que, con cada inhalación, una luz dorada sube desde la tierra hacia tu cuerpo.
Siente esa luz entrando por la planta de tus pies, ascendiendo lentamente por tus piernas, tu pelvis, tu abdomen, tu pecho, tus brazos, hasta salir suavemente por tu coronilla.
Quédate unos instantes así, dejando que esa energía vital fluya por todo tu cuerpo.
Siente dónde fluye con facilidad… y dónde se detiene.
Siente si hay zonas más frías, más tensas, más pesadas.
No busques cambiarlas aún.
Solo observa, conecta.